lunes, 7 de febrero de 2011

Visita a la capital: Varsovia

Varsovia no es la ciudad más atractiva de Polonia ni de lejos, ni la más turística, aunque sí la más habitada así como la capital del país, por ello merecía nuestra visita. Varsovia dista de Opole unos 320 km por carretera, algo menos en tren, pero ya se sabe que tratándose de la PKP, los kilómetros y el tiempo se relacionan con una caprichosa ecuación: 300 km en 5h 30'.

Tras avituallarnos para el largo viaje el día anterior, la mañana del 4 de febrero, a las 9.04 a.m. salíamos hacia Varsovia, 34 minutos después de lo previsto (empezamos bien). Tras cinco horas y media, varios bocatas, paquetes de galletas de chocolate y varias latas de refresco "aterrizamos" en la Warszawa Centralna (Varsovia Central).



Quisiera insistir en la importancia de bajar en Warszawa Centralna y no en la anterior: Warszawa Zachodnia (oeste); o en la posterior: Wschodnia (este). Ambas estaciones están lejos del centro (un taxi hasta el mismo cuesta unos 80 zl) y en suburbios, al parecer, poco recomendables.

El viaje lo hicimos en dos grupos diferentes, pues el segundo grupo perdió nuestro tren, salieron hacia el medio día, no contentos con llegar tarde también se les ocurrió bajar en Warszawa Zachodnia con lo que el retraso fue, si cabe, mayor. Al final se nos pasó la tarde pendientes de ellos hasta que llegaron al hostal. Nunca más.

Nos alojamos en el Nathan's Villa Hostel, en la calle Piękna 24/26, a unos 10 min a pie desde la estación central y fácil de encontrar. El hostal era correcto, tranquilo, 40 zl por noche y persona con desayuno en habitaciones de 10 personas.

Debido al contratiempo ya mencionado el primer día nos dio tiempo únicamente de salir a cenar. Tras consultar el Lonely Planet localizamos varios restaurantes por las cercanías pero, o no los encontramos, o están cerrados. Tras el "afortunado" día que llevamos algunos empieza la desesperación. Finalmente, se hace justicia y encontramos el que quizá sea el mejor restaurante que hasta la fecha he conocido en Polonia. Cerca de la estación central de Varsovia encontramos el restaurante Pierogarnia Zaścianek, un sitio pequeño (la entrada casi pasa desapercibida), emplazado en un semisótano, con el interior en madera y decoración tradicional polaca además de un menú puramente polaco. Lo regentaba un matrimonio de mediana edad que se sorprendió de ver extranjeros por su restaurante. La mujer, que chapurreaba un poco de inglés, nos tradujo amablemente la carta (recurriendo al alemán en más de una ocasión). La comida es toda casera, en cantidad y muy barata (unos 30zl por cabeza en total). A destacar sus pierogi, sus croquetas gigantes de verdura, su sauerkraut y sus knedel tártaros (típicos también en Hungría y Austria y conocidos como knödel aunque tienen un relleno algo diferente). El Pierogarnia Zaścianek se encuentra en la calle Poznańska 38. Ojo y no confundir con el cercano Pub Zachcianek, que nada tiene que ver con dicho restaurante.

Pierogarnia Zaścianek
Tras la cena el grupo madrugador volvimos a dormir y el resto se fue de marcha. Al día siguiente nos fuimos a patear la ciudad, mientras ellos dormían la resaca. Una vez desayunamos nos encaminamos hacia el centro histórico de la ciudad por la calle Mokotowska hacia la Plaza de las Tres Cruces (Plac Trzech Krzyży)
Plac Trzech Krzyży

Antes de continuar hasta el centro y el Rynek de Varsovia nos desviamos un momento a la derecha para visitar el Museo Chopin. Imprescindible para cualquier aficionado a la música y muy recomendable para todo el mundo, en especial para los amantes de las nuevas tecnologías. El precio de estudiante es 13 zl, algo que considero irrisorio para la calidad del museo.

Fachada del Museo Chopin
Después de la visita al museo continuamos por la calle Nowy Świat (Nuevo Mundo) que nos lleva directamente al casco antigüo. En esta calle hay bastantes hitos, edificios y monumentos que reseñar: la Universidad de Varsovia, los Palacios de Staszic y Tyszkiewiczów, la Basílica de la Santa Cruz, la Biblioteca Nacional o el Palacio Presidencial, entre otros.

Nowy Świat

Estatua de Nicolás Copernico

Basílica de la Santa Cruz - Bazylika Świętego Krzyża w Warszawie
 Finalmente llegamos a la Plaza del Castillo, con su obelisco.

Plaza del Castillo


Rynek w Warszawie

Tras visitar el Rynek de Varsovia, comprar algún souvenir y recorrer las murallas de la ciudad nos dirijimos hacia el Museo Arqueológico que, aunque interesante, es prescindible y donde no pudimos hacer fotos. 

Monumento al pie de la Corte Suprema de Polonia

Tras comer rápidamente nos dirigimos hacia el Museo del Levantamiento de Varsovia (ul. Grzybowska 79). Este museo trata la historia moderna de Polonia y, en particular, de Varsovia, desde poco antes de la I Guerra Mundial hasta nuestros días. Aparte de historica, la temática de este museo es fundamentalmente bélica. A alguien le puede parecer demasiado duro, a otros un coñazo, a mí me sorprendió gratamente. La visita ayuda a comprender por qué Varsovia es una ciudad tan moderna, su trazado urbanístico o su emplazamiento estratégico. Los 8 zl de la entrada (precio de estudiante), son un coste irrisorio para el valor inmaterial que el museo tiene. 


Mapa previo a la I GM. Opole (Oppeln) perteneció a Alemania hasta la II Guerra Mundial
Uwaga! Niemcy - Achtung! Deutschland - ¡Atención! Alemania

Bombardero del III Reich

Galería dedicada a la época comunista en Polonia

Desde el museo emprendimos una larga caminata hacia el hostel, paramos a tomar un café para recobrar fuerzas y entrar un poco en calor. Durante el café surgió otro plan prometedor: Berlin 2.0 a final de mes.

Esa noche buscamos una tienda, compramos algo para picar en el hostel y algunas cervezas, finalmente no salimos, al día siguiente visitamos el Barrio de Praga, en donde se rodaron escenas de la película El Pianista, vuelta al centro para el mediodía, comida en la estación y regreso a Opole (otras cinco horas) de noche y con una ventisca de nieve brutal.



Este es el edificio en donde A. Brody, dando vida a Władysław Szpilman en El Pianista,  se refugió de los nazis.

Este edificio residencial sirvió para recrear el hospital alemán en la película de Polanski

Catedral de St. Michel y St. Florian
Pese a no tener previsiones optimistas sobre Varsovia y, de hecho, existir muchas ciudades más interesantes que la capital polaca para visitar. Bien merece la pena otra visita, algo más larga, pues Varsovia tiene miles de rincones, monumentos y museos que descubrir. Lástima que esté tan lejos en tiempo que no en distancia.

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