lunes, 11 de abril de 2011

[FAQ] Cómo llegar a Opole

Una de las cosas que más eché de menos a la hora de venir por primera vez es la poca información que encontré sobre cómo llegar a Opole. Normalmente los coordinadores de erasmus y los menotres que asignan a los alumnos se encargan de facilitar esa información, pero es bastante difusa hasta que no se ve sobre el terreno. Las principales vías de llegada a Opole son los Aeropuertos de Wrocław y Katowice. También se puede llegar desde Poznań, Cracovia, Varsovia, Łódź o incluso Berlín, aunque estas opciones son bastante más engorrosas.

Aeropuerto de Wrocław: Sin lugar a dudas la mejor opción, en el peor de los casos se tardan dos horas en llegar desde Opole al aeropuerto, algo más en sentido contrario (por la espera en la estación central). Existe una línea de bus urbano (406): Dworcowa (estación de tren) - Port Lotnicy (aeropuerto). El ticket cuesta 1.20 zł (estudiante) y 2.40 zl (normal) y se puede comprar en los quioscos de prensa del aeropuerto, en una máquina automática que hay al pie de la parada de bus e incluso dentro del bus, esta última opción sólo permite pago con tarjeta. El trayecto tarda unos 30 minutos (ojo con hacerlo los viernes y los domingos, suele ser hora punta y probablemente tarde más). Los horarios de salida: desde Dworcowa, desde el Aeropuerto. La bajada en el aeropuerto es sencilla pues se ve la terminal, para llegar desde la parada de Dworcowa hasta la estación de tren sólamente hay que seguir la calle donde el autobús para hacia delante, cruzar una perpendicular y se llega a Wrocław Głowny (estación central de tren). El trayecto en taxi cuesta unos 60-70 zł y se tardan aproximadamente 20 minutos, conviene acordar el precio con el taxista antes de montarse en el taxi. El precio del billete de tren Wrocław Głowny - Opole Głowne es de 22 zł en TLK o InterRegional y de 16 zł con el Regional (tarda 40 min más)*.
http://www.airport.wroclaw.pl/en/index.php


Aeropuerto de Katowice-Pyrzowice: Para muchos esta es la segunda mejor opción después de Wrocław, en teoría lo debería ser, en la práctica no lo tengo tan claro. Si buscáis información sobre este aeropuerto hay que tener cuidado, este es el aeropuerto internacional de Katowice-Pyrzowice, hay otro y está en el otro extremo de la ciudad. Llegar al aeropuerto de Katowice supone un viaje de una hora hasta la ciudad (está a 60 km de Katowice) y otro de casi dos horas en tren hasta Opole, a esto hay que sumarle cambios de bus-tren y esperas, también hay que decir que la flexibilidad en horarios de tren Katowice-Opole es bastante menor que Wrocław-Opole, otro punto negativo. Katowice tiene buenas conexiones con Madrid y Barcelona con Wizzair, el atractivo es, aparte de los precios de los vuelos, que la maleta facturada tiene un peso máximo de 32 kg, algo suculento para aquella gente que nos vamos a pasar meses enteros fuera de casa. Una vez en el aeropuerto, saliendo de la terminal nos encontraremos un bus que nos lleva a la estación de tren central (Dworzec PKP), cuesta unos 25 zł y tarda una hora aproximadamente en llegar (horarios). Recuerdo que una vez tuve que coger un taxi desde la ciudad al aeropuerto, el taxista me pedía 150 zł, finalmente obtuve el trayecto por 100 zł, si se toma esta opción SIEMPRE pactad el precio antes de salir (cuando hice ese trayecto el taxímetro marcaba más de 250 zł al llegar al aeropuerto). Otra cosa que jamás he hecho es ir en taxi desde el aeropuerto directamente a Opole, hay gente que lo hizo y salió por unos 350 zł, si vais tres o cuatro personas es algo bastante recomendable de hacer. El trayecto de Katowice a Opole Głowne dura aproximadamente 1h 40 min y cuesta 24 zł en tren InterRegional y 30 zł en TLK*
http://www.katowice-airport.com/en/

Aeropuerto de Cracovia: Es la última de las opciones que he usado, si bien no para ir y volver de España, sí para ir y volver de algún que otro viaje. El aeropuerto de Cracovia implica casi 4 horas de tren desde/hasta Opole, aún así creo que es mejor opción que Katowice por la flexibilidad de horarios. Una vez se está en el aeropuerto hay que salir de la terminal y llegar hasta un apeadero de trenes, hay un bus gratuito que sale desde la puerta de la terminal y para en el apeadero de tren, también se puede ir caminando pues son 200m sólamente. El tren hace el recorrido Kraków Balice (aeropuerto) - Kraków Głowny (estación central de tren) en unos 20 minutos y sale cada media hora (ojo con llegar de madrugada, desde las 12.30 hasta las 5.00 no hay ninguno), es recomendable comprar el ticket en una de las máquinas de la terminal para ahorrarse unos złotych, si se compra en la terminal el precio es 10 zł por persona, se puede sacar en una máquina en el tren o directamente comprándoselo al revisor, si mal no recuerdo son 4 zł más. Hay una opción alternativa al tren aunque poco recomendable, hay 2 líneas de autobús urbano que por 2,50 zł van a la ciudad, los inconvenientes son el tiempo (casi una hora) y que no paran en la estación central de tren, quizá sea buena opción para quien vaya a Cracovia, pero no para quien tenga que viajar en tren desde allí.El trayecto desde Kraków Głowny a Opole Głowne dura entre 3h 30' y 4h y cuesta 34,50 zł en InterRegional y 39,40 zł en TLK*. Hay también un tren diario, un EuroCity que hace el trayecto en algo menos de tiempo (hace menos paradas)y el tren es bastante más cómodo. Los inconvenientes son: un sólo tren al día (a las 7.30 de la mañana), al ser un tren internacional cuesta más del doble (unos 80 zł) y la ganancia de tiempo tampoco es tan grande como para que el precio merezca la pena.
http://www.krakowairport.pl/en

Finalmente, como antes he dicho, hay otras opciones como Łódź, PoznańVarsovia o Berlín, pero son muy engorrosas y no merecen la pena salvo que no haya otra forma de conectar vuelos. La información sobre todos los horarios de tren y precios de los mismos en Polonia se puede encontrar aquí: http://rozklad-pkp.pl/?q=en/node/143.

* A los precios de los trenes domésticos (dentro de Polonia) se le debe aplicar un 51% de descuento si se posee la tarjeta de estudiante polaco y se tienen menos de 26 años. Los únicos trenes que no gozan de descuento son el que cubre el trayecto Kraków Balice - Kraków Głowny al ser un tren especial y el EuroCity ya que es un tren internacional.

lunes, 21 de febrero de 2011

Zieleniec: Esquiando en Polonia

La AZS (sección de deportes de la Politechnika Opolska) organiza todos los inviernos un viaje a la nieve. El destino (no se si de todos los años, al menos de este sí) fue Zieleniec, una pequeña estación de esquí situada en la Baja Silesia, en la frontera justo con la República Checa.

Nos enteramos mediante un cartel que había en una habitación en la residencia, preguntando a unos cuantos chicos polacos conseguimos algo más de información. La historia incluía:

  • 5 días en pensión Completa
  • Forfait
  • Alquiler de equipo
  • Viaje

¿El precio? 490 zl (unos 125 €). Nos resultaba demasiado barato, creíamos que había gato encerrado (lo hubo), aún así nos apuntamos 14 valientes.

Realmente la cosa era como dijeron, yo, por precaución (y con la experiencia previa del alojamiento en Zakopane a principio de curso), en navidad, al regresar, me traje mi saco de dormir. Lo único finalmente no incluido en el precio fue el viaje en bus, sólo tuvimos que pagar 100 zl más, aún así compensaba.
Pista roja y remonte
El viaje son dos horas y media que se hacen pesadísimas (para sólo 140 km). Llegamos a un refugio-albergue, justo a pie de pista, yo estoy acostumbrado a dormir en este tipo de sitios y realmente no me importó, el sitio estaba bastante bien (no tuve que usar el saco), pero hay gente que le vino un poco largo. 

Nuestra casa durante 5 días
¿La comida? Polaca y en horario polaco. Aquí es lo mismo que antes, hay gente que le gusta y gente que no, a mí me parecio correcto. Si no te gusta el té para desayunar siempre puedes comprar leche o infusiones y hacertelas allí. Se desayuna a las 8.30, se almuerza a las 13.30 y se cena a las 18.00.
Pista de principiantes
Ahora... vamos a lo que interesa realmente. El día de antes del viaje nos citaron para recoger el equipo de esquí en el Campus II de la universidad, el equipo... bueno, esquís eran (carving de los primerizos), botas y bastones... bastones no había, nos los darían después. Yo, tras probar los esquís la primera tarde, decidí alquilar esquís y bastones al día siguiente, me quedé sólo con las botas. Finalmente alquilé unos Salomón bastante dóciles y bien enceraditos, eso sí, había que andar un poquito hasta la tienda de alquiler. Lo mejor el precio 20 € por 4 días de alquiler :)

Desde la ventana del refugio
Aquello de forfait incluido era lo más suculento, acostumbrado a pagar en Sierra Nevada 30 y pico euros por día (con descuento de residente, si no son 40 y pico), 125 € por todo me parecía de risa. Eso sí, lo del forfait tenía truco, daba sólo derecho a esquiar en las dos pistas de principiantes (las de Borreguiles en Sierra Nevada son durísimas al lado de estas) y en dos pistas rojas con sendas palas finales en azul. Un dominio esquiable muy corto, pero... ¿qué esperábamos? Al menos había esquí nocturno (sólo en las pistas verdes). Los remontes tienen otra pega: sólo hay perchas.

Pala azul, final de la pista roja
Conclusiones: Aunque las condiciones de las pistas no eran demasiado buenas (había muchísimo hielo) mereció la pena, y mucho, quizá uno de los viajes en los que mejor me lo he pasado. Nos reímos a base de bien, quedarán para la posteridad las míticas serpientes durante el esquí nocturno, los saltos y la competición con representación ibérica en un monopolio polaco. La mayoría de la gente no sabía esquiar y aprendieron todos, cinco días con 12 horas de pistas disponibles dan para mucho. Es un sitio perfecto para principiantes. Además, chapeau por el sector polaco que nos acogieron como uno más.

Recomendaciones:
  •  Alquilar equipo en la estación.
  • Llevar dinero en efectivo, no hay cajeros automáticos.
  • Si sabes esquiar y te interesan otras disciplinas (snow, freestyle...) quizá sea el momento perfecto para iniciarse.
  • Una pequeña mochila donde meter las botas de andar mientras se esquía, sobre todo por la noche, tras terminar el esquí nocturno hay que dar un pateo bastante grande hasta el guarda-esquí del refugio.
  • Crema solar y mucha ropa de abrigo.
  • Si necesitas comprar algo mejor llevárselo desde Opole, el único supermercado que hay en la estación está a 20 min caminando (sólo ida).

lunes, 7 de febrero de 2011

Visita a la capital: Varsovia

Varsovia no es la ciudad más atractiva de Polonia ni de lejos, ni la más turística, aunque sí la más habitada así como la capital del país, por ello merecía nuestra visita. Varsovia dista de Opole unos 320 km por carretera, algo menos en tren, pero ya se sabe que tratándose de la PKP, los kilómetros y el tiempo se relacionan con una caprichosa ecuación: 300 km en 5h 30'.

Tras avituallarnos para el largo viaje el día anterior, la mañana del 4 de febrero, a las 9.04 a.m. salíamos hacia Varsovia, 34 minutos después de lo previsto (empezamos bien). Tras cinco horas y media, varios bocatas, paquetes de galletas de chocolate y varias latas de refresco "aterrizamos" en la Warszawa Centralna (Varsovia Central).



Quisiera insistir en la importancia de bajar en Warszawa Centralna y no en la anterior: Warszawa Zachodnia (oeste); o en la posterior: Wschodnia (este). Ambas estaciones están lejos del centro (un taxi hasta el mismo cuesta unos 80 zl) y en suburbios, al parecer, poco recomendables.

El viaje lo hicimos en dos grupos diferentes, pues el segundo grupo perdió nuestro tren, salieron hacia el medio día, no contentos con llegar tarde también se les ocurrió bajar en Warszawa Zachodnia con lo que el retraso fue, si cabe, mayor. Al final se nos pasó la tarde pendientes de ellos hasta que llegaron al hostal. Nunca más.

Nos alojamos en el Nathan's Villa Hostel, en la calle Piękna 24/26, a unos 10 min a pie desde la estación central y fácil de encontrar. El hostal era correcto, tranquilo, 40 zl por noche y persona con desayuno en habitaciones de 10 personas.

Debido al contratiempo ya mencionado el primer día nos dio tiempo únicamente de salir a cenar. Tras consultar el Lonely Planet localizamos varios restaurantes por las cercanías pero, o no los encontramos, o están cerrados. Tras el "afortunado" día que llevamos algunos empieza la desesperación. Finalmente, se hace justicia y encontramos el que quizá sea el mejor restaurante que hasta la fecha he conocido en Polonia. Cerca de la estación central de Varsovia encontramos el restaurante Pierogarnia Zaścianek, un sitio pequeño (la entrada casi pasa desapercibida), emplazado en un semisótano, con el interior en madera y decoración tradicional polaca además de un menú puramente polaco. Lo regentaba un matrimonio de mediana edad que se sorprendió de ver extranjeros por su restaurante. La mujer, que chapurreaba un poco de inglés, nos tradujo amablemente la carta (recurriendo al alemán en más de una ocasión). La comida es toda casera, en cantidad y muy barata (unos 30zl por cabeza en total). A destacar sus pierogi, sus croquetas gigantes de verdura, su sauerkraut y sus knedel tártaros (típicos también en Hungría y Austria y conocidos como knödel aunque tienen un relleno algo diferente). El Pierogarnia Zaścianek se encuentra en la calle Poznańska 38. Ojo y no confundir con el cercano Pub Zachcianek, que nada tiene que ver con dicho restaurante.

Pierogarnia Zaścianek
Tras la cena el grupo madrugador volvimos a dormir y el resto se fue de marcha. Al día siguiente nos fuimos a patear la ciudad, mientras ellos dormían la resaca. Una vez desayunamos nos encaminamos hacia el centro histórico de la ciudad por la calle Mokotowska hacia la Plaza de las Tres Cruces (Plac Trzech Krzyży)
Plac Trzech Krzyży

Antes de continuar hasta el centro y el Rynek de Varsovia nos desviamos un momento a la derecha para visitar el Museo Chopin. Imprescindible para cualquier aficionado a la música y muy recomendable para todo el mundo, en especial para los amantes de las nuevas tecnologías. El precio de estudiante es 13 zl, algo que considero irrisorio para la calidad del museo.

Fachada del Museo Chopin
Después de la visita al museo continuamos por la calle Nowy Świat (Nuevo Mundo) que nos lleva directamente al casco antigüo. En esta calle hay bastantes hitos, edificios y monumentos que reseñar: la Universidad de Varsovia, los Palacios de Staszic y Tyszkiewiczów, la Basílica de la Santa Cruz, la Biblioteca Nacional o el Palacio Presidencial, entre otros.

Nowy Świat

Estatua de Nicolás Copernico

Basílica de la Santa Cruz - Bazylika Świętego Krzyża w Warszawie
 Finalmente llegamos a la Plaza del Castillo, con su obelisco.

Plaza del Castillo


Rynek w Warszawie

Tras visitar el Rynek de Varsovia, comprar algún souvenir y recorrer las murallas de la ciudad nos dirijimos hacia el Museo Arqueológico que, aunque interesante, es prescindible y donde no pudimos hacer fotos. 

Monumento al pie de la Corte Suprema de Polonia

Tras comer rápidamente nos dirigimos hacia el Museo del Levantamiento de Varsovia (ul. Grzybowska 79). Este museo trata la historia moderna de Polonia y, en particular, de Varsovia, desde poco antes de la I Guerra Mundial hasta nuestros días. Aparte de historica, la temática de este museo es fundamentalmente bélica. A alguien le puede parecer demasiado duro, a otros un coñazo, a mí me sorprendió gratamente. La visita ayuda a comprender por qué Varsovia es una ciudad tan moderna, su trazado urbanístico o su emplazamiento estratégico. Los 8 zl de la entrada (precio de estudiante), son un coste irrisorio para el valor inmaterial que el museo tiene. 


Mapa previo a la I GM. Opole (Oppeln) perteneció a Alemania hasta la II Guerra Mundial
Uwaga! Niemcy - Achtung! Deutschland - ¡Atención! Alemania

Bombardero del III Reich

Galería dedicada a la época comunista en Polonia

Desde el museo emprendimos una larga caminata hacia el hostel, paramos a tomar un café para recobrar fuerzas y entrar un poco en calor. Durante el café surgió otro plan prometedor: Berlin 2.0 a final de mes.

Esa noche buscamos una tienda, compramos algo para picar en el hostel y algunas cervezas, finalmente no salimos, al día siguiente visitamos el Barrio de Praga, en donde se rodaron escenas de la película El Pianista, vuelta al centro para el mediodía, comida en la estación y regreso a Opole (otras cinco horas) de noche y con una ventisca de nieve brutal.



Este es el edificio en donde A. Brody, dando vida a Władysław Szpilman en El Pianista,  se refugió de los nazis.

Este edificio residencial sirvió para recrear el hospital alemán en la película de Polanski

Catedral de St. Michel y St. Florian
Pese a no tener previsiones optimistas sobre Varsovia y, de hecho, existir muchas ciudades más interesantes que la capital polaca para visitar. Bien merece la pena otra visita, algo más larga, pues Varsovia tiene miles de rincones, monumentos y museos que descubrir. Lástima que esté tan lejos en tiempo que no en distancia.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Kraków - Auschwitz - Minas de Sal de Wieliczka

No había pasado aún una semana desde que volví de Grecia, con los días justos para lavar la ropa, realizar algunas entregas de trabajos (el fin del semestre se acerca) y ultimar unos cuantos detalles, el viernes 28 de enero después de comer nos dirigíamos hacia Cracovia, a pasar el fin de semana. 

El viaje en tren fue pesado, no sólo por las 3 horas y media que dura el viaje, también por las circunstancias que lo rodearon. Cuando uno viaja un poco con la PKP polaca va aprendiendo cosas. Es fundamental saber elegir los trenes (en cuanto a horarios) y saber cómo actuar al subirse a los mismos. Opole es una estación secundaria, no baja-sube demasiada gente, al menos no en los inter-regionales, lo cual hace difícil encontrar asiento hasta llegar a una estación principal (véase Gliwice, Katowice, Wrocław...). Dicha dificultad es mayor si el grupo es numeroso.

En esta ocasión los compañeros de viaje, mis queridos portugueses, eran prácticamente novatos en lo de viajar por Polonia, la novatada se pagó: cogimos un tren interregional en lugar de un TLK, lo que disminuía las probabilidades de encontrar asiento; además, no estuvimos avispados al entrar por lo que nos tocó ir de pie. Del grupo de nueve fueron sentándose las chicas a la media hora, luego otras encontraron asiento tras una hora de viaje. Los tres varones permanecimos de pie en el pasillo hasta la estación de Katowice por la que pasamos algo más de dos horas después de salir de Opole. Es lo que tiene ser un caballero (xD). En serio, hay que estar más atento, al final todos nos sentamos, pero desperdigados y tras tragarnos largo rato de pie.

Con la noche encima llegamos a Cracovia, paseo hasta el hostel al lado del Rynek. Nos alojamos en el Mama's Hostel, un sitio bastante limpio, muy céntrico, calentito, acogedor, con un buen desayuno, ambiente "backpacker" joven y bastante asequible de precio (unos 45 zł por noche). 

En el mismo hostel contratamos las visitas a Auschwitz y las Minas de Sal de Wieliczka, tenían un acuerdo con la empresa Cracow City Tours y nos hicieron un precio especial por estudiantes y clientes del hostal, 150 zł ambos viajes incluyendo desplazamiento, entradas y guía. Si bien existen opciones más baratas yendo en tren y pagando la entrada aparte, se invierte mucho más tiempo y el ahorro por un lado no compensaba el tiempo invertido por otro.

Una vez instalados y con las visitas reservadas y programadas salimos a cenar y a dormir pronto pues al día siguiente madrugábamos. 

Kraków amaneció con una ligera nevada y 14º bajo cero (hace una semana estaba yo en Grecia a 23º C...), de todos modos el frío es muy seco y se aguanta bien. Ponemos rumbo al Wawel.


Archidiócesis de Cracovia

Caminando hacia el Wawel

El Wawel es una pequeña colina que alberga la catedral y lo que fue un castillo, reconvertido, destruido y reconstruido varias veces (fue un punto estratégico en las dos guerras mundiales, tanto para Polonia, para el Imperio Austro-húngaro como para el III Reich).


La entrada al Wawel es gratuíta aunque entrar al conjunto catedralicio tiene un coste de 16 zł (precio estudiante) e incluye las cuatro partes de las que dispone la catedral.

La Catedral real y la maqueta


En la cripta de la catedral se encuentra la tumba del ex-presidente polaco y su mujer, fallecidos en un accidente de avión en 2010.
Cartel típico en toda polonia: Atención Coche
Tras hacer una pequeña compra en un supermercado del centro nuestro grupo se divide. Unos fuimos a Auschwitz, otros se quedan en Cracovia pues ya lo habían visitado. El grupo que se quedó invirtió la tarde paseando por el centro, visitaron el Kazimierz (barrio judío) y el Wawel de noche.

Basílica de Santa María en el Rynek


Nosotros, tras casi hora y media de bus llegamos a Oświęcim, localidad más conocida por su nombre en alemán: Auschwitz, que da nombre a su campo de concentración. Auschwitz, el campo, está dividido en tres zonas de las que se visitan dos: Auschwitz I y Auschwitz II - Birkenau. El primero es un campo relativamente pequeño, compuesto de una serie de barracones que cumplen la función de galerías, se visitan algunos de ellos en donde se explican los horrores que se cometían y se ven muestras de lo que allí quedó: pelo, zapatos, gafas, maletas...

Entrada al campo: "Arbeit macht Frei" "El trabajo hace libre"

Doble perímetro de seguridad, electrificado

Barracones y torres de vigilancia



Cuidado. Alta tensión, peligro de muerte

A unos tres kilómetros de allí, en la localidad de Brzezinka (en alemán Birkenau), se sitúa el campo Auschwitz II - Birkenau. Para quien no disponga de medio de transporte para llegar, con la entrada al campo, incluyen un servicio de bus que enlaza ambos campos. Realmente, el primer campo es más impactante que este segundo, del cual apenas quedan ruinas. No obstante, sólo de pensar que este lugar fue lo mismo que el otro pero a una escala enormemente mayor eriza el pelo. Lo que aquí se hizo entre 1939 y 1945 no fue sino una industria de la muerte y el exterminio humano.

Imagen típica de Birkenau, aparece en algunas películas como "El Pianista"

Edificio de entrada al campo

Recordando un poco la historia hemos de remontarnos a 1945. A principios de ese año, con el campo medio desmantelado por los alemanes en su repliegue hacia el oeste ante el avance del Ejército Rojo, quedaron allí unos 7600 prisioneros abandonados a su suerte. El 27 de enero de 1945 el ejército soviético toma el campo y libera a los prisioneros que allí quedaron. Nuestra visita al campo fue el 31 de enero, justo en las jornadas en que se conmemoraba el 66º aniversario de la liberación de Auschwitz. 

El hecho del aniversario significa ver ingentes cantidades de visitantes, en su mayoría jóvenes, de distintos países de Europa. Desde Grecia, Italia, Hungría, los Balcanes, etc. viajan jóvenes de instituto en trenes hasta Auschwitz. Son visitas de homenaje a sus familiares y compatriotas desaparecidos y exterminados, viajando en el mismo medio (que no del mismo modo) que lo hicieron las víctimas. Todo un ejercicio de memoria histórica que tan bien nos haría a nuestro país y que parece que no tiene visos de llegar nunca.

El Tren de la Memoria, uno de los lazos y las velas de homenaje a las víctimas



Cuando uno vuelve de Auschwitz lo hace con mal cuerpo, pero a la vez piensa que esa visita ha sido positiva, edificante e incluso necesaria. Se puede perdonar, y se debe hacer, pero quienes olvidan la historia están condenados a repetirla. Aunque Auschwitz es un teatro de los horrores, la visita es "obligatoria" para ser conscientes y no olvidar jamás a los extremos que puede llegar el ser humano.

Tras una noche movidita y una juerga inesperada tocó madrugón para encaminarnos a otro de los lugares de visita casi obligatoria en Cracovia: las Minas de Sal de Wieliczka. Se trata de un recorrido de algo más de tres kilómetros en el que se pueden contemplar estatuas de personajes históricos y míticos, esculpidas en la roca salina así como numerosas cámaras y capillas. Incluso hay un lago subterráneo. Una recomendación: si se tiene la posibilidad e visitarlas en temporada baja es, sin duda, la mejor opción. Según nos contó el guía, en temporada alta hay algunas estancias y espectáculos que se omiten debido a la gran cantidad de visitantes que reciben.

De las minas de sal no hay fotos, pues hay que pagar un derecho para fotografiar al cual nos negamos, ya que nos pareció excesivo, no por el precio (10 zł) sino porque ya habíamos pagado nuestra entrada y lo encontrábamos absurdo y abusivo.

Finalmente, de vuelta en Cracovia, fuimos a almorzar y a la estación de tren. Casi cuatro horas de viaje nos separaban de nuestra "casa".


Dragón en el Wawel


miércoles, 26 de enero de 2011

Grecia 2.0: Delfos y la vuelta a Atenas

Viene de aquí

Atenas - Delfos, 15€ la ida, 3 horas de viaje... pero experimentar la conducción griega NO tiene precio. Toda una experiencia oigan.

Un poco más al norte del Golfo de Corintio y enclavado en las montañas se encuentra este pequeño y fascinante pueblo conocido por el Oráculo de Apolo y el Templo de Atenea. Llegamos anochecido, fuimos al hotel (Hotel Sybilla), menuda sorpresa lo bien que estaba para lo barato que fue, una vuelta por el pueblo (menudas cuestas), cena y a la cama pronto que mañana será largo el día.

Iglesia en Delfos
Visitamos tanto el Templo de Atenea (gratuito) como el Oráculo de Apolo (volvimos a entrar gratis, por los carnets de estudiante) y el Museo de Delphi. Hablar es absurdo, las fotos hablan por si solas, si se visita ya es simplemente superior.

Vista desde la ventana del hotel
¿Cuál primero? 
Gimnasio


Templo de Atenea
Tesoro de Atenas
Oráculo de Apolo 
Teatro de Apolo
Estadio
Después de comer emprendimos la vuelta hacia Atenas, las tres horas se hicieron más largas aún pues Delfos es una preciosidad de sitio. Por la noche, en Atenas, salimos a un bar en la terraza de un edificio, tan inusual como espectacular, con vistas a la Acrópolis. Jamás pensé que Grecia me pudiese llegar a gustar tanto.

Acrópolis desde Monastiraki
A pesar de cosas como esta...
Huelga
Sé que volveré.