Antes de empezar la erasmus hice una promesa (sí, siempre he sido de tener la boca grande), tenía amigos en
Grecia y había que visitarles a cambio de que me devolviesen la visita, claro está y... ya se sabe, si se fueron a
Grecia fue por el clima, no por la bonanza económica y enero no es buen momento para visitar
Polonia, total, que me tocaba a mí.
La verdad que tuve suerte, temporada baja, precios más asequibles y menos gente, clima suave... Un placer vamos. Por si fuera poco cogí un vuelo de estos que se cogen sólo una vez en la vida
Wroclaw-Frankfurt-Atenas y la vuelta por
Munich, por poco más de 62 €, ¡¡¡con
Lufthansa!!! Parecía que todo estaba saliendo perfecto pero... NO. Por suerte pude recuperarme in-extremis de un gripazo que me tumbó en la cama 3 días e ir al viaje.
El martes día 18 de enero estaba cogiendo un vuelo en el aeropuerto de
Wroclaw en dirección a
Frankfurt, allí me esperaban 6 horitas de nada hasta la salida de mi siguiente vuelo hasta mi destino final
Atenas. Volar con Lufthansa es un lujazo, es una de esas compañías que ofrece al cliente un trato en tierra ejemplar, por supuesto también en vuelo, dan de comer en el avión, incluyen 20 kg de equipaje facturado en el precio y puedes llevar una bolsa pequeña aparte del equipaje de mano, ni que decir tiene que son un reloj y los aviones bastante cómodos.
Llego a
Atenas a las 11 de la noche, 12 de la noche en
Grecia, como siempre, la primera en la frente. Yo debía de salir del aeropuerto y coger el metro, línea 3 en dirección a
Syntagma-Monastiraki, pero... Resulta que en
Grecia cada día hay una huelga de algo, adivinad a quién le tocaba hoy, exacto, al metro. Empiezo a preguntar y una chica me orienta sobre un bus especial que me lleva a la
Plaza Syntagma (en una horita de nada y al módico precio de 3 € ¬_¬). La chica también me dijo que había más opciones para llegar al centro, algunas incluso más rápidas, pero había que hacer trasbordos en algunos suburbios que es mejor evitar. Finalmente cojo el bus y a las 1 de la mañana llego a
Syntagma, me esperan allí y directamente a dormir (salí a las 9 de la mañana).
|
Πλατεια Συνταγματος (Plaza Syntagma) |
Amanece y nos despertamos pronto, el día va a ser largo. Hoy toca ver la joya de la corona ateniense:
La Acrópolis. Este complejo está dividido en 6 módulos, la entrada cuesta 12 € aunque también se pueden comprar individualmente. Con el carnet de estudiante cuesta la mitad, nosotros tuvimos suerte, al ir con algunos estudiantes con carnet griego entramos gratis. Empezamos el recorrido por la
Antigua Ágora (la razón es simple: por aquí la subida es más larga pero menos pronunciada xD), aprovechamos para visitar
Kerameikos (el antigüo cementerio) y la
Torre de los Vientos.
|
Propileos |
Después de esto subimos hacia el Partenón, el simple hecho de avistar los
Propileos en la entrada de la
Acrópolis ya es impresionante, la baba termina por caerse cuando te lo encuentras de frente así
|
Παρθενών |
cualquier cosa que se diga sería quedarse corto, es, sin duda, uno de los edificios más impresionantes que he visto en mi vida. Otro de los atractivos de la
Acrópolis es el
Erecteión y sus famosas
Cariátides.
|
Καρυάτιδες |
Seguimos hasta el final de la
Acrópolis, donde está la bandera griega y se despliega un mirador impresionante. Para mi gusto, aunque el
Partenón no luce igual desde atrás, este es el sitio perfecto para contemplar la
Acrópolis. Todo el tiempo que invertimos aquí (más de una hora) fue poco e insuficiente. Hacia el otro lado se puede ver la inmensidad de Atenas, con el Monte Lycavittos, o un poco maś al sur con el Templo de Zeus Olímpico y el Estadio.
|
Templo de Zeus Olímpico |
|
Monte Lykavittos |
|
Estadio Olímpico |
Se cuenta que, en este punto, en la II Guerra Mundial, cuándo los nazis ocuparon Grecia y ordenaron quitar la bandera griega de la Acrópolis, el Evzone Konstantinos Koukidis, guardia de la bandera en aquel momento, se negó a entregarla a los alemanes, envolviéndose en ella y saltando al vacío hacia su muerte.
Tras dejar la
Acrópolis bajamos por la ladera contraria a la que subimos, hacia el barrio de
Plaka, pasando antes por el
Odeón de Herodes Ático y el
Teatro de Dionisio.
|
Teatro de Dionisio |
|
Odeón de Herodes Ático |
En un pequeño restaurante de
Plaka comimos una
Mousaka genial, nos trataron de forma estupenda y los postres fueron incluso mejores, por fin probé el yogur griego (el de verdad). Visitamos el
Templo de Zeus Olímpico y el resto de la tarde se nos va visitando el
Museo de la Acrópolis (último módulo incluido en la entrada) y para casa, pasando antes por
Monastiraki a comprar fruta fresquísima, el día había sido largo. Por cierto, ya sé la frase más importante en griego:
Θέλω μια μπύρα, παρακαλώ ("
celo mia bira, parakaló" es la lectura fonética en castellano, ¿el significado? Una cerveza, por favor)
|
Templo de Zeus Olímpico y la Acrópolis |
El segundo día (parece que llevo un mes en Atenas) fue para visitar otras partes de la ciudad, más modernas. La
Academia de Atenas, la
Bibloteca Nacional, el barrio de
Kolonaki y el
Monte Lykavittos. Comida rápida en
Syntagma, visita al
Estadio Olímpico (donde había una celebración) y un paseo por la
Av. Amalia (
Λεωφόρος Βασιλίσσης Αμαλίας) hasta
Syntagma de nuevo. El día terminó con un paseo por la zona de
Monastiraki, tiendas, mercadillos y una cena al lado de la
Biblioteca de Adriano.
|
Academia de Atenas |
Subir al
Lykavittos se puede hacer en un funicular, cuesta 3,50 € la ida (7 ida y vuelta), en realidad subir en funicular es absurdo (aunque nosotros lo hicimos), se puede llegar a pensar que es más cómodo, pero las cuestas y escaleras en
Kolonaki te las vas a subir igual, total, ¿qué son 100m mas de desnivel? Desde arriba las vistas son impresionantes, parece que la ciudad jamás acaba, desde aquí la
Acrópolis se ve tan pequeña... Arriba también hay una ermita, la de
San Jorge (
Άγιος Γεώργιος) y un restaurante, donde mejor no te tomes ni un mísero café si no quieres morir desangrado.
|
Calle en Kolonaki |
|
Vista desde arriba |
|
Ceremonia en el estadio (ayy omá xD) |
|
Acrópolis desde el Estadio |
|
Estadio Olímpico |
Al día siguiente dimos una pequeña vuelta por
Plaka y
Monastiraki por la mañana y emprendimos una odisea para ir hacia una estación de autobuses (el urbano que nos debía llevar había desaparecido), finalmente conseguimos un taxi desde
Syntagma por un precio bastante asequible (12 €) y acordado previamente para evitar sorpresas. Comimos en la misma estación de autobuses (mmm
tirópitas de feta...) y para Delfos.
Sigue aquí
Quiero volver...
ResponderEliminar